MURO - MUSEO RODANTE
de la memoria estudiantil
La TransEscultura es la transformación de un objeto que activa o reactiva un recuerdo, anécdota y/o vivencia en las personas. Los objetos aquí utilizados ya contienen una historia, guardan en ellos una carga simbólica, una vida pasada, por ello son muchas veces percibidos como objetos familiares.
En la TransEscultura el objeto se transforma a través del ensamblaje, que permite el encuentro entre dos elementos, los opone, reconcilia y/o los fusiona hasta que pierden su status inicial. Estos objetos están en una constante transición; al perder su utilidad inicial su identidad cambia según la mirada y la experiencia de la persona con quien se confronta. Es decir, cada persona según el recuerdo que les evoque, le dará una significado.

La teoría del teatro del oprimido creada por Augusto Boal, le da un lugar central a la imagen como herramienta. La idea es que a partir de una imagen, los actores pueden construir el escenario de sus vidas, reflejando un problema. La imagen aquí no es meramente simbólica o representativa de la situación en cuestión, es una consolidación de significados en los que la vida de los actores está involucrada dentro de la imagen que producen. Al mismo tiempo, es "un objeto común que puede impulsar a las personas, a desencadenar y proyectar colectivamente la imagen a través de los múltiples espejos de la mirada de los demás" (Radical Education Workbook, 2012).

La TransEscultura busca activar un efecto similar al que la imagen activa en el Teatro del oprimido. El objeto es la herramienta central o de base; es él quien estimulara la memoria y el intercambio en la medida en que conlleva una carga emocional y simbólica que, a su vez, es representativa de una situación, un sistema o un contexto.

La TransEscultura busca crear espacios de diálogo informal y horizontal, en contraste con lo que generalmente se puede observar en una escuela o una institución. Estas formas de intercambio se basan en pedagogías radicales y alternativas, especialmente en las metodologías propuestas por el pedagogo brasileño Paulo Freire, lo que nos permite reconocer que todos llevamos un bagaje cultural y un conocimiento que puede aportar el aprendizaje colectivo.

Isabel Guerrero E.


[FRANÇAIS]
TranSculpture est le terme qu’elle utilise pour désigner sa pratique. Il s’agit de la transformation d’un objet qui active ou réactive un potentiel chez les gens. Ce sont des objets qui ont déjà une histoire, perçus parfois comme des objets familiers. Leur assemblage les oppose, les réconcilie et/ou les fait fusionner jusqu’à ce qu’ils perdent leur statut initial. Pourtant, ce sont des objets qui sont en transition, ils n’ont plus leur utilité initial, mais ils gardent une identité qui change selon le regard et le vécu de la personne qui s’y confronte. Ils témoignent d’une recherche personnelle de nouvelles formes de communication avec des groupes sociaux divers.

La théorie du Théâtre de l’opprimé créée par Augusto Boal, donne une place centrale à l’image en tant qu’outil. L’idée est qu’à partir d’une image, les acteurs puissent construire le scénario de leurs vies, reflétant un problème. L’image, ici, n’est pas simplement symbolique ou représentative de la situation en question, c’est une consolidation de significations dans laquelle la vie des acteurs est impliquée à l’intérieur de l’image qu’ils produisent. Parallèlement, il s’agit « d’un objet commun capable de galvaniser les gens, en déballant et en projetant collectivement l’image à travers les multiples miroirs du regard des autres.» (Radical Education Workbook, 2012).

La TranSculpture recherche un effet similaire à ce que l’image cherche à déclencher dans le Théâtre de l’opprimé. L’objet, c’est l’outil central ou de base ; c’est lui qui va déclencher la mémoire et l’échange dans la mesure où elle est porteuse d’une charge émotionnelle et symbolique, qui, à son tour, est représentative d’une situation, d’un système ou d’un contexte.

La TranSculpture cherche à créer des espaces pour qu’un dialogue informel et horizontal puisse prendre place - a contrario de ce que l’on peut observer habituellement à l’école, dans une institution ou dans des lieux formels. Ces formes d’échange s’appuient sur des pédagogies radicales et alternatives - notamment dans les méthodologies proposées par le pédagogue brésilien Paulo Freire - nous permettant de reconnaître que chacun est porteur d’un bagage culturel et d’un savoir susceptible de nourrir l’apprentissage collectif.





DESAPRENDIZAJE
Dos palabras claves de la pedagogía es el desaprender y deconstruir. Para aprender algo diferente, que representa una ruptura con el molde anterior, es necesario desaprender, deshacernos de nuestros hábitos, costumbres, del modo en cómo aprendimos y dejar espacio para poder adoptar lo “nuevo”. Existen diferentes definiciones de la palabra desaprendizaje: método que permite poner en duda aquello que sabemos, ejercitar la sospecha sobre aquello que se muestra como “aparentemente lógico, verdadero y coherente”, mecanismo crítico de auto-reflexión, proceso auto-formativo -individual y/o colectivo, desplazamiento de conceptos adquiridos. Alfonso Cornella dice: «no se trata de olvidar lo que sabemos, sino de no ser esclavos de ello».

La capacidad de desaprender, entonces, consiste en la transformación de las experiencias vividas que sentimos que no nos aportaron, en algo positivo y constructivo; en inventar nuevas formas de construir conocimiento a partir de los vacíos que nos dejo nuestra educación, poniendo en tela de juicio las formas cómo aprendimos. Nos lleva a desarrollar una capacidad propositiva, inventiva y activa para generar un cambio. A discernir para poder escoger aquello que sí nos aporta de la mejor manera.

María del Carmen Gonzales, curadora educativa de la colección Patricia Phelps de Cisneros, explica el constructivismo pedagógico: “quien aprende se encuentra en un proceso constante de construcción, deconstrucción y reconstrucción del conocimiento, basado en experiencias previas y nuevos conocimientos”. Si tomamos una de las frases que explica el desaprendizaje como clave de un proceso auto-formativo individual y/o colectivo, coincide con esta definición. Es decir, “aprender es un proceso activo en el que la producción de significado se consigue mediante la interacción y la experiencia, que se utiliza como base para la construcción de nuevos significados” (Gonzales, 2011).

La rigidez de una institución educativa o un sistema, o incluso de un maestro, que no incentiva la interacción con el exterior y/o contexto, no permite que ampliemos nuestra visión del mundo para complementar nuestra construcción de saberes. En el libro Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire habla del “educador que aliena la ignorancia, se mantiene en posiciones fijas, invariables. Será siempre el que sabe, en tanto los educandos serán siempre los que no saben. La rigidez de estas posiciones niega a la educación y al conocimiento como procesos de búsqueda”. Y son justamente estos procesos de búsqueda y exploración que se hacen necesarios para construirnos. El desaprendizaje permite justamente dudar de esas posiciones invariables de las que habla Freire, que puede darse tanto en un profesor como en una institución.

Isabel Guerrero E.
Ginebra, 2018


MEMORIAS DE LA ESCUELA 01
texto curatorial
Víctor Vich



¿Es este un museo del pasado? ¿O es, más bien, la representación de algo que todavía no puede irse, vale decir, de algo que se encuentra enquistado en el corazón de la escuela y que parece muy difícil de poder remover? En esta muestra, Isabel Guerrero presenta un conjunto de instalaciones que permiten pensar el país que tuvimos y algunas raíces que padecemos todavía. Esta es una exposición sobre objetos de la escuela peruana, pues la artista sabe bien que la ideología está inscrita en lo material, que ha penetrado en ella y que, desde ahí, constituye casi toda la realidad. Los armarios, las carpetas, los uniformes, la iconografía militar y los propios libros son agentes constitutivos de una inercia escolar deteriorada. Aunque hay signos de modernización, lo cierto es que los nuevos objetos que emergen siguen atrapados en un contexto que los aprisiona cruelmente. Esta, sin embargo, es también una exposición sobre actores. Es una muestra que trae consigo un sin número de testimonios de personas que siempre han querido cambiar las cosas. Notemos que todas las piezas son móviles, que la artista ha introducido en ellas pequeñas ruedas que nos hacen pensar en los triciclos de trabajo, en los carritos de venta ambulante, en un país que sabe bien que la realidad puede desplazarse y cambiar radicalmente. Esta es, entonces, una exposición sobre objetos y actores, y el arte no parece ser otra cosa que el discurso que los une. El arte, dicen algunos, es “un objeto que piensa.”





TransEscultura
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Gustavo Buntinx

MUSEOTOPÍAS

DE LA NECESIDAD, VIRTUD
(Sinopsis Curatorial)
[ESPAÑOL]
[Français]

Lorsque l’on cherche à apprendre quelque chose de différent, qui représente une rupture d’avec le moule précédent, il nous faut désapprendre, nous défaire de nos habitudes, de nos préjugés, de la façon dont nous avons appris, afin de faire une place pour accueillir l’élément nouveau. On peut définir « désapprendre » de plusieurs manières : méthode qui permet de mettre en doute ce que l’on connaît ; manière d’exercer le doute sur ce qui apparaît comme étant « logique », « vrai », « cohérent » ; mécanisme critique d’autoréflexion ; processus d’autoformation, individuel et/ou collectif; déplacement des concepts acquis. Alfonso Cornella dit à ce propos : « Il ne s’agit pas d’oublier ce que nous savons, mais de ne pas en être ses esclaves. »

La capacité à désapprendre, alors, se traduit par notre capacité à transformer des expériences vécues dont on ressent qu’elles ne nous ont rien apportées, en quelque chose de positif et de constructif ; la capacité d’inventer de nouvelles manières de construire des connaissances à partir des lacunes laissés par notre éducation, remettant en cause la manière dont on a appris jusqu’alors. Désapprendre implique le développement d’une capacité proactive et créative, orientée vers la transformation et nécessite une bonne capacité de discernement.

On peut trouver des liens entre cette notion de « désapprentissage » et l’approche constructiviste de la pédagogie. Ainsi, María del Carmen Gonzáles, curatrice éducative de la collection Patricia Phelps de Cisneros, explique le constructivisme pédagogique de la façon suivante : « Celui qui apprend se trouve immergé dans un processus de construction, déconstruction et reconstruction permanents des connaissances, sur la base d’expériences antérieures et de nouvelles connaissances. » Cette affirmation coïncide avec l’une de celles qui ont été énoncées plus haut, qui considère le désapprentissage comme un processus d’auto-formation individuel et/ou collectif. En d’autres termes, « apprendre est un processus actif dans lequel la production du sens s’obtient à travers l’interaction et l’expérience, lesquelles sont utilisées pour la construction des sens nouveaux » (Gonzáles, 2011).
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